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Escúchate. Nadie conoce tan bien tu piel como tú. Confía en tus instintos cuando se trata de un producto – si no es bueno para tu piel te lo dirá. No te guíes tanto de los comerciales más bien pruébalos.
Se constante. Si sigues una rutina de cuidado de la piel 3 veces a la semana no puedes esperar milagros. Sólo mejorará y verás resultados cuando logres la estabilidad que tu piel necesita. Al menos comienza con un cuidado básico diario y pégate a él. Cuando hayas logrado hacerlo todos los días agrega los cuidados complementarios; tu piel te lo va a agradecer.